Estos son los casos más comunes donde se requiere una unión:
Encimeras más largas que el ancho del rollo
Encimeras en forma de L o con ángulos interiores
Reparaciones puntuales en superficies ya revestidas
Alineación de motivos o texturas direccionales
Una buena unión no es solo un corte recto: es una integración total entre dos piezas que deben parecer una sola a la vista.
Nunca comiences sin estar bien equipado:
Pistola de calor (idealmente con temperatura regulable)
Cutter de precisión o bisturí (muy afilado)
Espátula de PTFE o teflón
Rodillo para juntas
Cinta de corte (tipo Knifeless Tape)
Alcohol isopropílico o desengrasante
Paños de microfibra
Rodillo de silicona (para el acabado final con presión)
Antes de pensar en la unión, asegúrate de que la superficie esté en condiciones:
Desengrasa a fondo con alcohol isopropílico, insistiendo en esquinas, bordes y posibles restos de silicona.
Lija suavemente si el laminado está rayado o desgastado. Usa lija fina (grano 320 o superior).
Controla temperatura y humedad: entre 18 °C y 24 °C es lo ideal para una instalación correcta.
Haz una prueba en seco para verificar alineación y dimensiones antes de pegar.
Una superficie mal preparada arruinará cualquier unión, por perfecta que sea la técnica.
Es el método más fiable para conseguir una unión prácticamente invisible:
Superpone ambas piezas de vinilo unos 2–3 cm en la zona de unión.
Coloca cinta de corte tipo Knifeless antes de pegar la segunda pieza.
Aplica ambas láminas con calor moderado y presión uniforme, eliminando el aire con la espátula.
Realiza un corte doble: pasa la cuchilla una sola vez atravesando ambas capas.
Retira el sobrante superior e inferior. Obtendrás una unión a ras, perfectamente alineada.
Sella con calor usando la pistola de calor y el rodillo de silicona para fijar los bordes.
Consejo pro: no estires el vinilo durante este proceso. La tensión provoca retracción, y eso arruina cualquier unión.
Con acabados efecto madera, mármol o texturas direccionales:
Alinea los patrones antes del corte. Una diferencia de solo 1 mm será visible bajo luz directa.
Usa marcas de referencia con lápiz en el dorso del vinilo para facilitar el ajuste.
No escatimes material para conseguir un empalme perfecto — es más barato que una queja del cliente.
Técnica avanzada, válida para acabados lisos o con veta recta:
Usa una herramienta de ranurado o una fresa fina para crear un canal.
Inserta una tira fina de vinilo debajo como base de soldadura.
Aplica calor de forma gradual y presiona ambos lados sobre el canal.
Finaliza con el rodillo de silicona y deja enfriar con presión ligera.
No recomendable en vinilos impresos o con textura: el riesgo de distorsión visual es alto.
Cuchilla sin filo: incluso una vez, puede desgarrar o cortar mal el vinilo.
Sobrecalentamiento antes de cortar: provoca deformaciones y brillos.
No hacer prueba en seco: errores de alineación o solape sin margen de corrección.
No sellar los bordes: especialmente en cocinas o zonas con humedad.
Preparación deficiente: polvo, residuos o silicona comprometen la adhesión del borde.
Una vez realizada y sellada la unión:
Revisa la junta con luz rasante usando un paño de microfibra limpio.
Aplica el rodillo de silicona con presión moderada sobre la unión.
Deja reposar al menos 24 horas antes de limpiar o utilizar la superficie.
En cocinas o zonas húmedas, aplica un bolígrafo sellador de bordes para mayor protección.
Unir dos láminas de vinilo en una encimera no es solo una cuestión técnica: es el detalle que determina la calidad global de tu instalación. Dominar el corte doble, gestionar patrones y sellar correctamente son los gestos que marcan la diferencia.
Tómate el tiempo para preparar bien, cortar con precisión y terminar con limpieza. Si la unión es invisible, tu trabajo hablará por sí solo.
¿Tienes dudas sobre un caso complejo o superficies difíciles? El equipo técnico de Cover Styl está disponible para ayudarte.