No hay un atajo fácil: ganarse la confianza requiere esfuerzo. Pero lo bueno es que, una vez establecida, mantenerla resulta mucho más sencillo.
Las primeras impresiones importan, y mucho. Imagina que estás hablando con un instalador que te ofrece un presupuesto 200 € más caro que otra empresa para sustituir tu caldera.
Es una diferencia considerable, sobre todo en tiempos de ajustes.
Por supuesto, pediste un descuento, pero el instalador no lo concedió.
En vez de simplemente bajar el precio, te explicó los beneficios a largo plazo: mejor calidad del producto, garantía y un sólido servicio postventa.
Pero no fue solo el presupuesto lo que marcó la diferencia.
Este instalador fue profesional en todo momento. Llegó puntual, con buena presencia, y fue muy amable. Incluso usó protectores para no ensuciar el suelo del cliente.
Ahí es cuando te das cuenta de que estás tratando con un profesional. Y así es como se gana la confianza cuando se empieza como instalador.
Cada profesión tiene su herramienta principal. En el caso de los instaladores, es su furgoneta y todo lo que lleva dentro. Puedes encontrar más recursos útiles para instaladores que te ayudarán a mantener tu equipo organizado.
Seguro que ya sabes lo importante que es tener tus herramientas al día y en buen estado.
Ahora piensa en esto: si llegas a casa del cliente con una furgoneta sucia y desordenada, lo notarán.
Quizás no sea el factor decisivo al comparar presupuestos, pero puede causar una mala impresión incluso antes de que entres.
En cambio, una furgoneta limpia y bien mantenida, con tu logotipo, datos de contacto y servicios visibles, es una excelente herramienta de marketing.
Nunca sabes quién puede verte por la calle. Un logotipo claro es también una forma eficaz de generar confianza.
Cuando estés con un cliente, asegúrate de tener todo lo necesario a mano. Esto es fundamental para generar confianza, especialmente en trabajos de renovación.
Si consigues el encargo, tu furgoneta debe estar equipada con las piezas y herramientas adecuadas.
No pierdas tiempo yendo a buscar lo que falta: se trata de ser eficiente y de respetar el tiempo del cliente.
Y hablando de tiempo: siempre es mejor llegar antes que tarde. Si algo te retrasa, llama al cliente y avísale.
Un simple mensaje o una disculpa pueden marcar una gran diferencia.
Imagina un instalador que no solo se presenta en Nochebuena, sino que además vuelve esa misma noche con la pieza de repuesto.
Eso sí es atención al cliente. Nadie quiere cometer errores comunes en reformas, y por eso llaman a un profesional.
Una comunicación regular durante el trabajo hace que el cliente se sienta informado y seguro.
Envía un pequeño resumen al final del día o cuando completes una fase importante. Si surge algún problema, informa al cliente de inmediato y sugiere soluciones.
Estar disponible y responder rápidamente demuestra tu compromiso y tranquilidad al cliente.
Cuanto más contacto tengas con ellos, más confianza depositarán en ti para llevar a cabo el trabajo correctamente.
Hazte esta pregunta: “¿Contratarías a un instalador en quien no confías?” — Ahí tienes tu respuesta.
La confianza es lo que crea el vínculo entre dos personas. En este caso, tú eres el instalador y él es el cliente.
Si el cliente duda desde el principio de su decisión, la experiencia no terminará bien.
Pero si le demuestras que eres fiable incluso antes de empezar, todo el proceso será mucho más positivo.
Para empezar, significa tener buena presencia y actuar con profesionalismo. Vestir con ropa de trabajo personalizada y llegar en una furgoneta que represente tu negocio demuestra que te tomas en serio tu trabajo.
No olvides que estar limpio y presentable forma parte de esa primera impresión.
Cuando estás instalando algo complejo, hay mucho que explicar. Pero en lugar de abrumar al cliente con detalles, deja un folleto claro y conciso.
Así podrán leerlo más tarde y tomar una decisión informada.
Cada cliente es diferente. Algunos quieren que el trabajo se haga de cierta manera o pueden pedirte extras más adelante.
Ser profesional es también ser flexible y adaptarte. Sobre todo, asegúrate de hacer un trabajo impecable y sigue estos consejos para ganarte credibilidad.
Eso es ser verdaderamente profesional.